Motley Crüe

Con este llegamos al tercer volumen de la serie Mitos del rock que, paso a paso, de la mano de Quarentena y del equipo artístico capitaneado por Machison, se va consolidando en realizar biografías gráficas de grupos de música rock. En este caso del rock californiano. Nos aproximamos a la historia de Nikki, Tommy, Mick y Vince, Mötley Crüe, que realmente constituyen una tripulación o equipo de lo más variopinto, ya que las circunstancias que definen el origen de cada uno de ellos son muy diferentes. En el viaje de su historia, que comienza en 1981, también hay todo tipo de episodios, aunque hemos de reconocer que se trata de los clásicos chicos malos rodeados constantemente de sexo, drogas y rock’n roll, pero que han conseguido, desde el primer momento, que los fans hagan largas colas a las puertas de los locales más humildes, donde comenzaron su andadura, hasta los más famosos auditorios del mundo.

En el fondo, el espíritu de la banda ha residido siempre en Nikki Sixx. Por ello, además de cuando sus miembros tiraron cada uno por caminos diferentes, también estuvo a punto de desaparecer cada vez que una sobredosis rondaba al capitán de esta variopinta tripulación. Tampoco puede decirse que la amistad entre ellos haya sido modelo, sin embargo, sí que es cierto que entre él y Tommy sí que ha habido, al menos durante un tiempo, el vínculo más estrecho de la banda. Si todos son chicos malos, Tommy es el más “chico” de todos, con una especie de inocencia adolescente que le impide perder la ilusión a pesar de todos los golpes que pueda recibir de la vida que, por otro lado, tampoco le ha tratado tan mal a pesar de todo lo que apuntaba que así fuera.

Mick, digamos que por su historia personal anterior a la banda, ha sido siempre el más “viejo”, el bicho raro y el que siempre ha vivido más al margen de los otros, una vida sólo suya, en la que nunca ha esperado nada de nadie ni, por lo tanto, se ha sentido tampoco obligado con nadie.

Y Vince, ¿qué podemos decir de Vince? Yo diría que ha sido un poco el gafe, el chivo expiatorio en el que en cada momento se han hecho públicas unas culpas que en modo alguno le pertenecían en exclusiva, pero que siempre se manifestaban en su persona, así que entiendo que el “chico” se preguntase eso de “¿por qué a mí?”.

En cualquier caso creo que entre los adjetivos que definen a esta banda, aparte de los ya citados, ostenta un papel preponderante el de SUPERVIVIENTES, ya que han sabido superar todo tipo de percances, dramas y aventuras para permanecer juntos, unidos por su música, con una inmensa cohorte de fans; llenado los lugares donde han actuado y sin acabar del todo de caer en el abismo.

Junto a ellos van apareciendo sus managers, no todos trigo limpio como veremos, pero que, desde luego, tienen su mérito... como dice Doc McGhee, que después de dejar de serlo le quedó durante años el hábito inconsciente de arrodillarse a pedir perdón por lo que fuera cada vez que lo llamaba un gerente de hotel para cualquier cosa. Realmente, hazañas como la de Tommy de tirar la televisión por la ventana del hotel han pasado a la historia como auténticos hitos del marketing.

En esta ocasión, las fuentes en que nos hemos basado para realizar esta biografía gráfica son fundamentalmente las memorias de cada uno y de los cuatro en conjunto, principalmente la autobiografía “The Dirt”, los “Heroin Diaries”de Nikki Sixx, las memorias de Tommy Lee “Tommyland” e innumerables otras referencias que, como siempre, resultaría demasiado largo y aburrido citar aquí, aunque cabe destacar entre las páginas de Internet confrontadas la de Chronological Crue.

No quiero terminar esta vez sin agradecer su fidelidad a nuestros lectores, sin los cuales no sería posible que todo esto siguiese adelante.